Lic. Luis Alberto
Rivera
(betorh58@hotmail.com)
“En síntesis, para el conocimiento es clave la síntesis; para la síntesis es clave sacar la ley; para sacar la ley es clave capturar la contradicción principal; para capturar la contradicción principal es clave detectar cual es la contante históricamente. Y apara esto último es clave tener una mente con sentido de proporción, que sepa balancear, discriminar, comparar, relacionar, jerarquizar, clasificar, descartar, triangular, enfocar en perspectiva, formular hipótesis, inducir, deducir, etc.”
A sugerencia de jóvenes estudiantes que se preparan para la universidad, surgió la necesidad de esbozar una forma de comprender las grandes civilizaciones de la humanidad, desde una perspectiva que permita entender el proceso de la historia y no sólo memorizar nombres. Cuando se analiza la Historia Universal debe tenerse en cuenta un análisis y estudio de la historia como proceso; encontrando que en ella se desarrollan y desenvuelven ondas, ciclos, de dilatación y contracción (Vórtice No 14: pág. 13), como forma de expresión de la ley universal, la contradicción. Para graficar de mejor manera este enunciado cogeremos un ejemplo de la Historia Universal.
“En síntesis, para el conocimiento es clave la síntesis; para la síntesis es clave sacar la ley; para sacar la ley es clave capturar la contradicción principal; para capturar la contradicción principal es clave detectar cual es la contante históricamente. Y apara esto último es clave tener una mente con sentido de proporción, que sepa balancear, discriminar, comparar, relacionar, jerarquizar, clasificar, descartar, triangular, enfocar en perspectiva, formular hipótesis, inducir, deducir, etc.”
A sugerencia de jóvenes estudiantes que se preparan para la universidad, surgió la necesidad de esbozar una forma de comprender las grandes civilizaciones de la humanidad, desde una perspectiva que permita entender el proceso de la historia y no sólo memorizar nombres. Cuando se analiza la Historia Universal debe tenerse en cuenta un análisis y estudio de la historia como proceso; encontrando que en ella se desarrollan y desenvuelven ondas, ciclos, de dilatación y contracción (Vórtice No 14: pág. 13), como forma de expresión de la ley universal, la contradicción. Para graficar de mejor manera este enunciado cogeremos un ejemplo de la Historia Universal.
(Revista Vórtice, No 11, 2008: 5)
Mesopotamia, quiere decir (entre dos ríos) y
es que los ríos Éufrates (Buranum en sumerio) y Tigris (Idiglat en sumerio)
bañan el gran valle donde se desarrolló su civilización, uno de los centros
originarios de la humanidad; allí donde hoy, el pueblo de Irak, país como se
llama actualmente, despliega una heroica lucha de resistencia contra el invasor
norteamericano que pretende apoderarse de su riqueza petrolera.
Tres zonas se dibujan en Mesopotamia, una
norte denominada, Alta Mesopotamia (donde se ubican ciudades como Assur,
Nínive, Kalakh y Dur – Sharrukin), una zona en el centro, Acad, donde se
ubicaron las ciudades de Babilonia, Kish, Sippar, Dur – Kurigalzu y Agadé; y
finalmente una zona sur, Sumer, donde se levantaron Eridú, Ur, Uruk, Lagash y
Nippur.
Hacia el milenio IV, surgieron luego de la
revolución neolítica, urbes o ciudades, como Eridú (primer asentamiento), Uruk
(la Erech bíblica) al sur, donde a partir del control ideológico por medio de
la religión, se construyeron ricos templos (Zigurats) que no sólo sirvieron
para adoración, sino principalmente para acumulación de excedentes productivos
y el sustento de una rica clase sacerdotal, que dirigió el estado y la
producción.
La necesidad de una óptima administración de
los ingentes recursos que almacenaban los templos, llevó a la invención de una
forma de escritura, la cuneiforme. Estos revolucionarios logros culturales,
fueron desarrollados por un pueblo los sumerios (inventores de la escritura
cuneiforme, arado y rueda). Pueblo inmigrante, los sumerios, conformaron las
denominadas ciudades – estado (Adab, Eridú, Isin, Kis, Lagash, Larsa, Nippur y
Ur.), caracterizadas por sus leyes y autonomía política. Denominada también
como Sumer, destacó en arte, arquitectura y tecnología agrícola, llevando su
necesidad económica y social de contabilizar el excedente productivo, acumulado
por la clase dominante, no sólo al empleo de un sistema de cuantificación y
contabilidad (la numeración y posteriormente la escritura cuneiforme), sino
también a la creación de un calendario agrícola para un mejor control del
tiempo de siembra y cosecha en los campos. Carlos Marx, acertadamente decía “el
modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social,
política y espiritual en general”.
Esta acertada afirmación nos permite entender
que toda gran civilización o todo análisis social pasa por estudiar previamente
las condiciones materiales, reales y concretas de un pueblo; la forma cómo
resolvieron el problema de producción (satisfacer sus necesidad básicas y que
formas emplearon), cómo se interrelacionaron los hombres al momento de
producir. Sólo realizando previamente este análisis, podemos comprender las
realizaciones ideales o culturales creadas por las grandes civilizaciones, por
ejemplo, la necesidad concreta de contabilizar el excedente productivo en las
ciudades estado del Sumer, llevó a crear la numeración, la necesidad de manejar
los tiempos de siembra y cosecha, los tiempos de lluvias y sequias llevó a los
hombres a crear, el calendario.
Durante esta primera etapa del proceso
histórico de Mesopotamia caracterizada por su dispersión en múltiples unidades
política (ciudades – estado); se gestó la necesidad de unión, de la misma forma
como la materia dispersa tiende a la centralización y unificación. Etana rey de
Kis (2800 a.n.e) “el hombre que estabilizó todas las tierras” ensayaría los
primeros intentos de unificación, Meskiaggasher, extendió la región desde el
Mediterráneo hasta los montes Zagros, y otros gobernantes, Enmerkar y
Lugalbanda, serian los protagonistas de un ciclo de cuentos épicos que
constituyen la prueba más importante de estos primeros intentos de unidad.
Hacia el 27000 a.n.e., las contradicciones
entre las clases dominantes que dirigen las ciudades estado en Sumer,
provocaron múltiples enfrentamientos en su afán de hegemonizar la zona,
Enmebaragesi (c. 2700 a.n.e), gobernante de Sumer, se enfrentó al reino de
Elam. Gilgamesh desde la ciudad de Uruk logró una posición política destacada
bajo su liderazgo en toda el área (c. 2700-2650 a.C.), sus hazañas se
encuentran en el célebre Poema de Gilgamesh.
Hacia mediados del milenio III, Sumer se
encontraba en un claro declive. Las ciudades-estado sumerias iniciaron
constantes luchas internas, agotando sus recursos militares, el poder sumerio
había decaído a tal extremo que ya no pudo defenderse contra invasiones
extranjeras.
De esta manera, fueron configurándose las
condiciones internas para una gran síntesis o contracción, cuando un grupo
cultural, los acadios, bajo una correcta dirección en la figura de su líder
Sargón de Acad, unificó sumerios y acadios en un solo imperio, el primer gran
imperio de la humanidad. El rey Sargón I el Grande (que reinó hacia 2335-2279
a.C.) conquistó toda la zona y fundó una nueva capital en Agadé (Acad), al
norte de Sumer, y se convirtió en la ciudad más rica y poderosa del mundo. A
esta primera etapa en el proceso histórico de Mesopotamia se conoce como
Periodo Sumerio – Acadio.
Sin embargo este periodo caracterizado por la
unidad, no fue eterno, recuérdese que la historia es dinámica, nada permanece
estático sino está en constante cambio; nuevas contradicciones internas
irresueltas generarían una nueva dispersión que tuvo sus puntos más álgidos cuando
pueblos como los Guti y los Amorreos, invadieron la zona, inaugurando una nueva
etapa de dispersión y dilatación en la civilización de Mesopotamia.
La necesidad de un nuevo centro unificador y
de dirección generaron las condiciones para que emergiera de la dinastía
amorrea instaurada en una ciudad - estado llamada Babilonia, un monarca que se
convirtió en uno de los más importantes de este nuevo periodo, nos referimos al
rey Hamurabi, célebre por su famoso Código, conocido también como “Ley del Talión”
(Ojo por Ojo). Este nuevo periodo de contracción y unificación ha sido
denominado, Primer Imperio Babilónico (hacia el 1760 a.C.).
Un aspecto sustancial fue que Hamurabi
sabedor que no sólo con la conquista militar se logra la unidad incidió en
mecanismos de control ideológico (la legislación) como elemento aglutinante. El
código de Hamurabi, nuevo conjunto de dispositivos legales, tendría un objetivo
principal, la defensa de la propiedad privada de la clase dominante en
Babilonia, legitimándola con el culto al dios Marduck. En sus amplios dominios
estableció como idioma oficial la lengua acadia y como religión nacional el
culto a Marduck. Esta unificación a su vez generó contradicciones con los
pueblos dominados por Babilonia, trayendo consigo los primeros levantamientos
de ciudades - estado contra Babilonia (Ur, Uruk, Larsa, Eshunna).
De esta forma Babilonia se convirtió en el
centro no sólo aglutinante sino dominante en toda el área de Mesopotamia,
pasando a ser hegemónica en la región y a dominar amplias tierras agrícolas,
numerosos canales de irrigación, y una numerosa mano de obra; el fluido
comercio convirtió a Babilonia en el más importante centro comercial del Medio
Oriente, esto se refleja concretamente por sus ricas construcciones (templos y
palacios).
Este periodo de unificación o contracción
expresó constantes contradicciones internas que poco a poco debilitaron el
poder militar de Babilonia trayendo como consecuencia, un periodo de
dispersión, cuando pueblos denominados, casitas, invadieron el territorio y
finalmente hacia 1595 a.n.e un ejército de los llamados “pueblos del mar”, los
hititas, invadieron el sur de Mesopotamia llegando hasta la misma Babilonia,
inaugurando un reino de caos dispersión y desorden en toda el área.
El fin de la hegemonía Babilónica y la
invasión de los pueblos indoeuropeos, trajo como consecuencia, la irrupción de
un nuevo pueblo que dominó toda Mesopotamia, convirtiéndose en un gran imperio
militarista y expansionista, surge así el Imperio Asirio (1200 – 609 a.n.e),
los asirios habían vivido en la zona norte de Mesopotamia, por mucho tiempo
aislados, la conquista e influencia de acadios e indoeuropeos provocó en los
asirios un gran salto en su desarrollo cultural, y económico.
El denominado Imperio Asirio, basó su
economía en el comercio, controlado por grandes familias de Assur y otras
ciudades; también destacó en agricultura, con especies como el cereal y la
palma datilera; en ganadería con los vacunos y los caballos y finalmente tuvo
en la guerra otro medio de acumular riqueza. Su amplio aparato estatal
(guerreros y burócratas) fue solventado gracias a múltiples impuestos,
tributos, botines de guerra y regalos, exigidos a los territorios conquistados
en sus continuas campañas militares. En el plano ideológico, la religión jugó
un papel importante, haciendo que un dios tribal, Assur, se convierta en única
divinidad protectora de la monarquía y el estado, justificando y racionalizando
toda acción del estado en política y especialmente en la guerra.
Entre los más representativos gobernantes
destacó el rey Asurubalit, quien liberó Asiria del dominio Mitani
(indoeuropeos), para luego Adad Ninari III (911 – 890) reorganizar el estado e
iniciar una política expansionista imperialista por todo el medio oriente; bajo
férrea dirección del rey Tiglaspileser III (745 – 727), Asiria se convirtió en
una máquina militar con un alto grado de perfeccionismo, llegando incluso a
dotar de todo el ejército de armas de hierro. De esta forma bajo acertada
dirección centralizada se generó uno de los ejércitos más poderosos del mundo
antiguo.
Finalmente un último gran gobernante Asirio
fue Asurbanipal ó Sardanápalo (669 – 627 a.n.e), el cual fomentó las artes y
letras, llegando incluso a formar una gran Biblioteca donde reunió los documentos
más importantes de las civilizaciones Sumerio – Acadia Babilónica y Asiria.
Las pugnas entre grupos de poder en Assur,
tuvieron el apoyo de pueblos conquistados y fronterizos como babilonios,
arameos y elamitas. Todas estas contradicciones internas y externas, generaron
continuas guerras, que exigieron enormes esfuerzos del aparato militar asirio,
lo cual agotó sus recursos, produciendo el decaimiento del poder imperial. La
decadencia asiria fue aprovechada por el rey de Babilonia Nabopolazar quien en
asociación con el rey medo Ciaxares conformaría una alianza militar que derrotó
definitivamente al ejército asirio, cayendo la capital Nínive en el año 612
a.n.e
Así se conformó un nuevo periodo en la
historia de Mesopotamia conocido como Segundo Imperio Babilónico (612 – 539
a.n.e). Este último momento en el proceso histórico de Mesopotamia tiene en
Nabucodonosor II el grande (605 – 562 a.n.e) ha uno de su más importantes
monarcas no sólo por el embellecimiento y esplendor de la capital Babilonia,
sino porque extendió su dominio hasta Siria, derrotando al Imperio Egipcio en
Karkemich (Siria), y la costa del Mediterráneo conquistando a judíos,
destruyendo Jerusalén, y llevándolos en cautiverio.
Derrotada Asiria y bajo la correcta dirección
y liderazgo de Nabucodonosor II, Babilonia nuevamente floreció y como imperio
extendió su control sobre la mayor parte de Mesopotamia. Sin embargo la muerte
de Nabucodonosor II, generó que Babilonia ingrese a una constante lucha por el
poder entre los miembros de la élite dominante, Nabónides (556-539 a.C.), uno
de los gobernadores de Nabucodonosor II se convirtió finalmente en rey de
Babilonia y asignó el gobierno de Babilonia a su hijo Baltasar quienes no
tuvieron capacidad de dirección. En 539 a.n.e finalmente los babilonios serán
derrotados por el rey persa Ciro II el Grande, quien conquistó y dominó
Mesopotamia hasta el siglo IV, para luego finalmente caer en poder del ejército
de Alejandro Magno.
Finalmente, debemos mencionar que el estudio
del proceso histórico de Mesopotamia, a través de la ley de la contradicción,
permite visualizar como se presentan ciclos de dispersión y contracción,
haciendo posible una mayor comprensión de su desarrollo histórico.
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