“El legado africano en la construcción de las naciones
que integran América meridional es muy importante que sea tenido en cuenta. No
hacerlo significaría seguir contribuyendo a “invisibilizar” no solo las
memorias de muchos pueblos que compones estos países, sino también extender esa
práctica insidiosa en forma de discriminación cultural y racial que tiene que
ver con condenar al olvido, la historia de los descendientes de la gente
africana en esta parte del continente”.
“La opresión y el abuso, tanto de la gente africana como
de la indígena, deben ser considerados ampliamente, pues tuvieron propósitos
mucho más complejos que la simple degradación de la persona o la desvaloración
de sus concepciones del mundo, puesto que negros e indios, compartiendo o no
los mismos espacios territoriales, establecieron mecanismos de defensa para
enfrentar al mundo colonial y republicano”
(Anexo IV: Seminario Internacional “Los Afroandinos de
los Siglos XVI al XX: 2002)
Toda sociedad descansa sobre
la base de una estructura económica social y esta a su vez está compuesta de
clases sociales[1], que responden
en función al orden que ocupan en la producción y las relaciones sociales que
entablan entre ellas en el proceso productivo.
Dentro de esta relación dialéctica
entre las clases sociales, unas se constituyen en la clase que ocupa una
posición dominante y ejerce privilegios en el proceso productivo en desmedro de
la otra clase social que está constituida por los
productores de la riqueza social, pero que se encuentran en calidad de
dominados y/o sometidos.
Ambas clases sociales en el
proceso histórico se encuentran engranadas en un eje de conflicto que
constituye el motor que mueve la rueda de la historia, dentro de este proceso
dialéctico los sectores dominantes despliegan mecanismos envolventes
de control social[2] y los
sectores dominados despliegan mecanismos de respuesta que presentan dos
características, unas son de carácter espontáneo y otras de carácter
consciente.
La sociedad virreinal peruana
se encontraba estructurada en clases sociales bien diferencias, dos sectores
sociales antagónicos marcaban la particularidad de la sociedad virreinal y
dinamizaban su devenir histórico.
Un primer sector conformado
por la menor parte de la población denominada de “los señores propietarios”
dueños de la mayor parte de la tierra o en todo caso de la más alta
rentabilidad y que los hacía fungir de protectores estableciendo vínculos de
dependencia personal buscando
“Mantener la relación social de
dominio que satisficiera las ambiciones económicas de un estado metropolitano y
sellara su compromiso de clase con los grupos señoriales americanos...”
(Carlos Lazo 1980:13)
Un segundo sector el mayoritario conformaba
la denominada clase social explotada, siervos y esclavos eran sus mayores
integrantes, así como mestizos y blancos y criollos pobres. Cabe indicar que al
interior de los sectores dominados desde el sector dominante se buscó desplegar
entre ellos odios raciales del negro hacia el indio y del mestizo
hacia el negro y el indio, todo en aras de una mayor fragmentación de estos
sectores y un mejor control social de ellos.
La historiografía peruana ha incidido en
sobre manera en el análisis de la explotación al poblador andino, sector sobre
explotado y mayoritario en densidad poblacional sin embargo en aras de la
construcción de nuestra nación y rescatando del olvido intencional a sectores
dominados se hace necesario el estudio no solo del aporte afroperuano en la
música, danza, comida y costumbres, sino también su participación en la forja
del proceso histórico peruano.
Frente a los mecanismos envolventes
desplegados por los sectores dominantes, la población afroperuana y demás
clases dominadas desplegaron un conjunto de acciones defensivas, en
razón y defensa de su subsistencia.
Diversas fueron las modalidades de protesta[3], en algunos
casos optaron por mecanismos legales en otras oportunidades las rebeliones
y protestas colectivas e individuales también persiguieron el mismo fin “la
ansiada libertad”.
En el presente trabajo abordaremos tres
formas de protesta social esgrimida por la población afroperuana en el Perú
colonial: El Cimarronaje, el Palenque y el Bandolerismo. Incidiremos en la
tercera forma como una aproximación a un tipo de protesta social a partir del
análisis de un bandolero afro peruano “Pedro Espinoza Ríos “Periquillo”.
Cimarronaje, Palenques y Bandolerismo fueron
modalidades que se alternaron y se complementaron como formas de respuesta de
los afroperuanos a la explotación colonial.
¿Quiénes eran los cimarrones?
En palabras de Victoria
Espinoza (1988:30) “Los negros
cimarrones eran los esclavos que se evadían de sus centros de trabajo e
intentaban llevar una vida libre y preservar en lo posible su identidad
cultural en los asentamientos que establecieron”.
Maribel Arrelucea nos
dice “...Desarrollaron diversas
estrategias para sobrevivir; en este sentido, la cimarronearía como respuesta
social de protesta cuestionaba la hacienda y algunos rasgos del régimen como
fueron el maltrato, exceso de trabajo, reducción de la dieta, prohibición
o recorte de la vida social del esclavo, etc.”(Maribel Arrelucea
1998:171).
La fuga de esclavos en el
Perú colonial como mecanismo de evasión del sistema de explotación contra el
afroperuano ocasionó desde los primeros años de la conquista que se
establecieran ordenanzas desde el mismo cabildo para evitar las fugas de los
afroperuanos esclavos al respecto
“En primeros de julio de mil
quinientos treinta y siete años los señores justicias e regidores estando y
juntos en su cabildo e ayuntamientro dicxeron que se entiende esta hordenansa a
negra o morisca ansy mismo y se acreceno la pena de sus en veynte pesos. Pedro
de Castañeda….Otro sy ordenaron e mandaron que ningún negro ni negra sea osado
de tener ny tenga encubierto y escondido a otro negro ny negra ny iyndio ny
yndia que sea de sus amo e individuo huydo so pena que al negro o negra le sean
dados cien azotes….
Yten hordenaron e mandaron que
qualquier negro que sea absetnado de su amo e anduviese absente de su servicio
seys días que por ello le sea cortado lo suyo e sy anduviere absente mas de los
dichos dyas que muera por ello. (Libro de Cabildos de Lima Libro I (1534 –
1539)
La huida constante de los afroperuanos
determinó que el Cabildo de Lima en 1535 estableciera la existencia
de cuadrilleros cuya misión fundamental era “(…) en patrullar y aprehender
a los bandido en el campo, al mando de alguaciles de campo”. Es decir desde las
primeras décadas de la conquista a la par del establecimiento del virreinato el
afroperuano luchaba incesantemente por su libertad y se establecía una relación
estrecha entre el Cimarronaje y el Bandolerismo
En 1549 el pacificador La Gasca
autorizó a los alcaldes ordinarios reunir, hombres, armas y caballos necesario
y salir en persecución de aquellos que asolaban los campos. Se trató de usar no
sólo fuerzas oficiales (cuyo número era reducido). Para lo cual se optó por
ofrecer recompensas (dinero, libertad, etc) a fin de incentivar a los
particulares, vecinos habitantes de Lima, así como a los negros esclavos y
persona libres, a contribuir en la persecución y aprehensión de los
bandoleros”( Vivanco 1988: 251)
Sin embargo a lo largo de los siglos que duró
el sistema colonial el Cimarronaje constituyó solamente un rompimiento
transitorio con el amo y no implicó un cuestionamiento al orden existente ni un
peligro real a la sociedad en palabras de Arrelucea
“Lo que sí lograron fue privar al amo
de los servicios y el jornal, además de gozar temporalmente de libertad
personal. Desde el punto de vista del esclavo, era suficiente porque cubría sus
expectativas cotidianas, sus objetivos inmediatos: dejar de ser explotado,
disponer de su propia vida”.
En las primeras décadas del siglo XIX,
durante lo que llamaremos la crisis del modelo colonial se puede observar que
los alrededores de las haciendas de la costa central el Cimarronaje tiene
presencia de gran cantidad de afro peruanos que en ocasiones les da la
seguridad para enfrentarse a miembros de la clase dominante, así lo registramos
en las inmediaciones de Bujama (1808) en la provincia de Cañete
“… hallandose el
confesante en el tambo de la laguna de bujama acompañando de los negros Jose
Espionoza alias primera y Pablo Falcon, llego otro negro que sin duda era
conocido del confesante diciendo que llebaban preso a pancho y que iban a
quitarlo con sus simarrones del monte lo que oido por el confesante espuso: que
ese pancho era su compadre, y que para ir a darle libertda convido a los dos
compañeros, y con ellos fue expresamente al monte en busca de los simarronmes.”
(Leg114, C1378, 1808)
Y cuáles fueron las aéreas
donde se establecieron los cimarrones Victoria Espinoza refiere
“Los cimarrones se instalaban en
aquellos lugares en donde podían encontrar recursos para explotar y sitios
seguros en donde permanecer. Los pantanos y bosques de las haciendas de Lima
albergaron a un indeterminado número de cimarrones quienes lograron sobrevivir
al explotar los recursos de su hábitat. Los puquios, a cuyo alrededor se
establecieron los cimarrones posibilitaron una relativa independencia económica
debido a que es mas fácil controlar u territorio de puquial que un territorio
regado por el agua de un rio. (Espinoza Victoria 1999: v)
El afroperuano buscó evadir la explotación
del sistema colonial y para ello no solo el Cimarronaje fue una alternativa de
búsqueda de libertad sino el establecimiento en lugares de refugio donde
buscaron recrear una nueva forma de vida en donde la libertad sea la
característica dominante, una modalidad alterna de vida a la que tenían en ese
sentido surgieron los palenques que fueron
“…..fue una aldea o asentamiento
rural de población negra cimarrona. Se estableció en una zona periférica a los
valles limeños. Constituyo una agrupación social rebelde aunque mantuvo
relaciones económicas mas o menos estrechas con la ciudad y las haciendas
circunvecinas”
(Carlos Lazo 1981)
En palabras del historiador Carlos Lazo
García[4] zonas
autónomas donde los afroperuanos desplegaron una política de convivencia
paralela con la hacienda sin romper completamente con ella sino por el
contrario establecieron una relación de dependencia entre la economía
periférica de los palenques y la economía de los hacendados (Carlos Lazo y
Javier Tord 1981:304)
Maribel Arrelucea menciona
“En los expedientes se les denomina
"palenques", palabra que sirvió desde el siglo XVI para designar los
refugios de los cimarrones, pero se entendía también como lugar empalizado con
chozas y pequeñas chacras. Para la segunda mitad del siglo XVIII los palenques
eran guaridas simples, sin construcciones, sin chozas, tampoco practicaban la
agricultura rudimentaria. Por lo tanto aquí no existieron esos palenques al
estilo de los quilombos brasileños, cubanos o colombianos. Nuestros palenques
de fines de siglo estuvieron ligados al bandolerismo, a la forma más rápida de
sobrevivir sin desarrollar una respuesta más beligerante”
Espinoza Victoria a determinado para la costa
central el espacio territorial donde se habrían encontrado palenques
“En el area comprendida entre Supe y Cañete
localizamos palenques e los moentos de las haciendas de Paramonga, San Nicolas
de Supe, Caral, Andahuasi, Vilcachuaura, Palpa, Caqui, La Guaca, Cieneguilla,
Biocanegra Huachipa, Cero, Pamas del rey”, Caballero, Pubnchauca, Vila, San
Juan,las tres chacras, la Calera de los padres jusuitas, en Balconcillo, San
Jose de Monte y Bujama (Espinoza Victoria 1999: VII)
El palenque no fue como en Venezuela o
Brasil, lugar de emplazamiento miliar de carácter defensivo y donde se aglutinó
un grueso de población afro en calidad de rebeldes contra el estado. Los
palenques en el Perú colonial devinieron en lugares simples de escondite fuera
de las áreas urbanas.
El bandolerismo social corresponde a formas
de respuesta de los sectores populares que se inscriben dentro de los
denominados conflictos menores dado que no buscan un cambio revolucionario ni
ponen en cuestionamiento el modelo económico de los grupos dominantes.
El fenómeno del bandolerismo para el caso del
Perú Virreinal ha sido poco estudiado, en su obra titulada Economía y Sociedad
en el Perú Colonial (1980) tomo V, ambos autores analizan las tipología de
respuestas populares que se presentan en la sociedad colonial y mencionan al
bandolerismo social, visualizando en este fenómeno social la presencia de un
atisbo de conciencia de clase en el grado de lo que somos; que permite actuar al
líder
“…no sólo para subsistir sino a efectos de
poder destinar parte de lo robado para ayudar a sus compañeros en cautiverio
fuesen siervos o esclavos, siendo su objetivo principal la expropiación
de bienes de propiedad terrateniente viviendo de esta y gracias a la
cual el jefe bandolero resulta generoso, convirtiéndose en “un señor de facto”
que incluso desafiaba a los “señores d de derecho” quienes lo calificaban del
“mas grande delincuente”.
Alberto Flores Galindo para el caso del Perú
Virreinal presento al bandolerismo como forma de protesta social de
los sectores dominados el cual hacia fines del siglo XVIII e inicios del siglo
XIX presento un carácter epidémico, ya que transitar por la costa central del
Virreinato Peruano se convirtió en un verdadero riesgo para los comerciantes o
viajeros.
Una expresión de protesta social: Pedro
Espinoza Ríos “Periquillo”, bandolero del valle de palpa y el
ingenio 1800 – 1810
Pedro Espinoza fue uno de los tantos jefes
bandoleros que asoló la costa central del Virreinato Peruano, específicamente
los valles de Ingenio y Palpa, que se convirtieron en su área
de acción.
Jefe de un banda del valle de Palpa, en su
declaración instructiva declaró llamarse Pedro Espinoza Ríos, alias Periquillo,
casta negro, de oficio lampero, estado soltero, y natural del valle de Ingenio
y cuya edad era de treinta años más o menos, capturado según el auto
cabeza de proceso de Don Santiago Saenz Capitán de Infantería y alcalde
ordinario de los valles de Ingenio y Palpa, por un criado del sargento mayor
Don Vicente Ferrer de Francia, el cual determinó depositarlo en el Sepo de su
hacienda.
Situación muy común dado que el cepo solía
utilizarse como una cárcel privada al interior de la hacienda y en otros casos
en lugar de reclusión y castigo a los esclavos que intentaran huir o tuvieran
conductas que el señor hacendado concibiera como ajenas a un buen esclavo.
Pedro Espinoza Ríos conocido con el apelativo
de “Periquillo” habría según las declaraciones, estado cometiendo sus actos
delictivos en un periodo que abarcaría desde aproximadamente inicios
del siglo XIX hasta 1810 fecha de su captura definitiva y juzgamiento, toda una
década que según los testimonios de las personas rectoras del orden social
existente fueron de constantes latrocinios hacia sus propiedades e incluso de
perjuicio a la actividad comercial del área.
Una década se constituye a una enorme
cantidad de años que este bandido habría podido estar operando y a quien las
autoridades no habrían podido capturar a pesar de sus múltiples esfuerzos, de
allí se desprende la ayuda que habría tenido “Periquillo “ para ser alertado a
tiempo cuando las tropas de los cuadrilleros llagaran a capturarlo y ponerse a
buen recaudo, de esta manera una forma muy común de hacer que sea delatado el
bandolero fue teniendo que ofrecer una recompensa situación que buscaba que
frente a la critica situación económica de los sectores dominados, estos se
convirtieran en delatores del bandido a cambio de dinero.
Teniendo para su captura que ofrecer
veinticinco pesos por su aprensión, asegurándolo los criados de Don Vicente
Ferrer. Las declaraciones del licenciado Baltazar de Polo y Quevedo hacendado y
ex alcalde del mencionado valle nos menciona:
“...Pedro Espinoza, conocido
frecuentemente como Periquillo...nació esclavo en la hacienda Bogovaya (sic)
del Ingenio propia de la difunta Doña Leandra Espinoza, y aunque se ha
asegurado que su ama lo dejo libre luego que cumpliera la edad de beinti y
cinco años, hasta hoy no ha cumplido con justificar esta gracia(...) por lo que
quando yo fui alcalde, lo trate como esclavo, tanto que junto con otro de mi
hacienda amigo suyo por varias quexas de robos, les hice prender en la hacienda
San Xavier, a cuio caporal intentaron herir, y al punto los encamine
a moler caña en la Hacienda Chocabento (...) se mantubo algún tiempo
en la prisión y jusgando que este castigo le serviria para enmendarse regreso
aparentando arrepentimiento y conmigo se estreno atropellando mi casa en
circunstancias que poco faltaba para concluir mi mando de alcalde. Aquí comenso
este mal negro a entregarse al robo sin distinción de personas y clases” (Real
Audiencia Causas Criminales, Leg. 95, Cuad. 1169, 1802)
Hacia inicios del siglo XIX la crítica
situación económica que vivía la economía colonial envuelta en una crisis
estructural que había buscado por múltiples mecanismos reflotar esa situación
estaba condenada a su colapso, es este el contexto en el cual “Periquillo” al
parecer habría sido liberado por su difunta ama sin embargo algunos miembros
rectores del orden social
De esta manera frente a las malas condiciones
de vida y quizá por la prolongación de su esclavitud optaría por la
huida y posterior actividad de bandolero para poder subsistir, asimismo podemos
observar como incluso llega a desafiar a las autoridades locales como lo
menciona el mismo alcalde del pueblo cuando refiere que “Periquillo”
ingreso a su casa cuando estaba a punto de terminar su mandato en una clara
muestra de haber perdido aparentemente el temor hacia el señor representante
del grupo dominante en la zona.
Sin embargo a pesar de su ruptura con el
orden legal de la sociedad dominante al coger las armas para tomar por la
fuerza lo que necesitan para vivir; no llegan a visualizar en el señor al
enemigo de clase al que hay que derrotar.
No presenta un programa que cuestione el
orden existente tan sólo persiguen la defensa o restauración del orden
tradicional o terminar con los abusos. No exige la eliminación de la clase de
los señores, sino se limita a ponerle coto a sus excesos.
Una de las características del
bandolero social, será la contradictoria reacción de los sectores conformantes
de la sociedad; los sectores dominantes visualizaran en
él un simple criminal, un hombre al margen de la ley, un delincuente.
Los sectores dominados lejos de considerar
criminales sus actos lo protegerán haciendo que permanezcan
dentro de los ámbitos locales con lo cual garantizan su auxilio y
socorro evitando su captura.
En contraste los sectores dominados lo
protegerán evitando su captura, afirmación que se confirma en la declaración
de Juan Paco indio tributario de 22 años quien menciona al respecto
“...que estando podando la viña
de Moyaque se apareció el negro Periquilloa eso de las ocho de la noche en una
mula ensillada con varias especiesde las cuales fue una chamarra que no sabe el
declarante de que genero era, y se la vendio a uno de los compañeros podadores,
con ciuio dinero paso a un quarto de la cocina a jugaren donde varios estaban
divirtiendose que entonces fue quando le aseguraron que Don Lino Henriquez y
Don Juan AntonioGrados venían a prenderlo, a lo que inmediatamente se mudo...”
(Fj 31V.).
De esta manera queda evidenciado la forma
como Periquillo se inserta dentro del mundo de los sectores dominados entabla
relaciones personales con ellos se convierten en sus compradores potenciales de
productos que este bandido trae los cuales son vendidos a precios bajos pero
ingresa en su mundo se reúne con ellos juegan y establecen relaciones amicales
razón por la cual, es visto como un miembro más del grupo que lo acoge y
comparte con él la diversión, esta es la razón por la cual cuando es
preciso y debido al peligro que corre su seguridad es alertado de la presencia
de soldados que vienen a prenderlo y este es el motivo principal por el cual es
muy difícil su captura, el nivel de identificación de la población con el bandido
a llegado a cristalizarse y hará casi imposible su ubicación y
posterior captura.
El sargento mayor Vicente Ferrer Francia
mencionó:
(…) Este ladrón no tiene compasión en
sus hechos que son notorios y no habrá en toda la jurisdicción persona que no
allá experimentado graves perjuicios con los robos frecuentes llegando a tal
grado la libertad de este negro que el solo a sido bastante para contener el
comercio y privar a la Real Hacienda de los justos derechos que antes
de esta ocurrencia se contribuían a su majestad” (Causas Criminales, Leg95,
C116, 1802, fj16).
Con esta declaración se pretende culpar por
al bandolero de la caída en el trafico y aun mas de los correspondientes
ingresos a la Real Hacienda. De esta manera su accionar es
impedimento para el normal desarrollo de las actividades comerciales de los
miembros de los grupos dominantes en la region y ven en el personaje a un
obstáculo para su actividad y la obtención de mayores ganancias, esto se puede
comprobar por el mecanismo utilizado para la captura del bandolero esto es la
organización de toda una estrategia para capturarlo que tendrá en la recompensa
para el que lo capture intentando de esta forma obtener mejores
resultados de los conseguidos hasta ese momento (según la declaración hacia 8
años que Periquillo cometía sus actividades delictivas en esa zona), actitud
que queda manifestada cuando Don Diego Santiago Sáez Capitán de
Infantería y alcalde ordinario de los valles de Ingenio y Palpa manifiesta:
“...a pesar del celo de la justicia, ha
tenido máxima este reo para entorpecer las providencias y burlarse
de ellas.., no se oía otra cosa que lamentos de infelices que quedaban sin sus
pobres bienes y caballerías, y de los hacendados y comerciantes que también
tenían parte en los forados de sus bodegas y tiendas me pareció lo más
oportuno, ofrecer la gratificación que en efecto exhibí inmediatamente pareciéndome
cosa muy ridícula a vista del beneficio que ha recibido la
república, con la seguridad del negro masa atrevido y mas ladrón”
En el valle del Ingenio y Palpa la
presencia de nuestro bandolero Periquillo, será visualizada de forma diferente
por los sectores conformantes de la sociedad, para los sectores dominantes
locales será “un vulgar ladrón” en cambio para los dominados el apoyo,
ocultamiento y aprovisionamiento cuando es perseguido por las autoridades
locales evidencia una forma diferente de ser visualizado. De esta manera los
sectores dominados tendrán una actitud contraria “protegerán al bandolero”
(Hobsbawm 1987:27).
Por tanto el Cimarronaje, el palenque y el
bandolerismo constituyeron formas de protesta social esgrimidas por los
sectores dominados que sin cuestionar el orden existente buscaron frenar la
explotación y la obtención de una libertad que no era completa como podríamos
pensar sino con mucha de las ideas del mundo español.
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C 1169, 1802, Fj.98. Real Audiencia, Causas Criminales
Autos
criminales que de oficio de la Real Justicia se han seguido contra el reo Pedro
Espinosa Alias Periquillo por el delito de abigeo. Año de 1802.
[1] Lenin (Harnecker 1980:167)
entiende a las clases sociales como: “...grandes grupos de hombres que se
diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de
producción históricamente determinado, por las relaciones en que se
encuentran frente a los medios de producción, por el papel que
desempeñan en la organización social del trabajo y por consiguiente, por el
modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que
disponen”.
[2] Estos fueron de distinta índole:
ideológicos, religiosos, festivos y represivos, pero todos ellos favorecían la
permanencia del equilibrio social. En ese sentido, la iglesia actuó como una
institución generadora de mecanismos de control”. Maribel Arrelucea, De la
pasividad a la violencia. Las manifestaciones de protesta de los esclavos
limeños, Historia y Cultura, 24, 2001.
[3] Maribel Arrelucea sobre la
protesta menciona “Considero así toda acción que conlleva un rechazo a la
condición subordinada. Estas acciones son diferentes, algunas claramente
visibles porque tienen fuertes dosis de violencia como las rebeliones y los
tumultos. Otras, al contrario, son difíciles de percibir porque se esgrimen en
la vida cotidiana, al interior de la sociedad misma como el trabajo lento, la
sátira, la mentira. Mientras las primeras rompen con la legalidad y las normas
establecidas, las segundas no, por eso las diferencio en protesta activa y
pasiva respectivamente.” (Arrelucea Maribel: 2001).
[4] Carlos Lazo asocia asimismo el
incremento del cimarronaje y la presencia de los palenques a una crisis
económica (1761) lo que genera una presión de parte de los grupos dominantes
señoriales sobre los esclavos y que conlleva a su huida y la conformación de
palenques.
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